Pretende ser un suéter: un disfraz clásico.

En el mundo del escondite canino, el disfraz clásico nunca pasa de moda. Una de las tácticas más populares es camuflarse entre un montón de ropa o ropa colgada haciéndose pasar por un suéter. Debido a su camuflaje natural y a su capacidad para enroscarse en una bola apretada, los perros pueden imitar fácilmente el aspecto de un suéter doblado, pasando desapercibidos hasta que un dueño desprevenido viene a buscarlos. Es una estrategia atemporal que demuestra que los perros no solo son jugadores hábiles, sino maestros del engaño.