Una sorpresa
Esa noche, David invitó a Angela a una cita romántica. Reservó su restaurante favorito y fueron a ver la secuela de su película favorita.
Lienzo
Había rosas y bombones, todo lo que una chica podría soñar. Pero lo que dijo al final de la cena lo cambiaría todo. “Quiero comprarte un perro”, dijo David, dejando a Angela sin palabras.