Henry no pudo soportarlo
Los aullidos se hicieron más frecuentes e intensos. Sarah intentó consolar a Noah, pero él no paraba de llorar. Parecía estar bien y ni siquiera tenía fiebre.
Lienzo
Estaba agotada de intentar compaginar su trabajo con el cuidado de un bebé inquieto. A veces, le rogaba a Henry que se quedara en casa y la ayudara, pero él siempre ponía su trabajo en primer lugar. Le decía que era deber de una mujer cuidar de los niños.