Viene de Noé
Viene de Noé
La noche siguiente, mientras Sarah cambiaba el pañal de Noah, notó una mancha marrón que no había visto antes. El olor era insoportable y tuvo que contener las náuseas. “¡Henry, ven aquí!”, gritó Sarah con voz temblorosa.
Lienzo
Henry entró a toda prisa en la habitación y arrugó la nariz al percibir el hedor. “¿Qué es ese olor?” Le dijo que diera vuelta al bebé para revisarle el pañal.