Bajo control por ahora
Una vez que Noah estuvo limpio y medicado, la casa quedó sumida en un silencio incómodo. Pero, a pesar de sus esfuerzos, el estado de Noah empeoró en los días siguientes. Sus gritos se hicieron más fuertes y su pequeño cuerpo estaba azotado por la fiebre.
Lienzo
Sarah se sintió mal porque pensó que automedicarlo funcionaría. Prefería los remedios homeopáticos. Pero no parecía que eso estuviera ayudando al bebé en absoluto.