Mujer lleva un “gatito” a la peluquería canina: la peluquera rompió a llorar al ver que no era un gatito
Entrando a la cueva
Sin dudarlo un segundo, Sarah entró en la cueva porque la curiosidad pudo más que ella. Hacía frío y estaba oscuro, pero a ella no le importaba. De hecho, le encantaba explorar cosas nuevas y esta era una gran oportunidad para ella.
Entrando a la cueva