La suegra viste al perro cada vez que lo cuida hasta que mamá lo lleva al veterinario
El ritual diario
Lienzo
Kaitlyn venía todos los días, ansiosa por ayudar con el recién nacido. Al principio, Amanda estaba agradecida por el apoyo adicional, pero notó que surgía un patrón peculiar. En cada visita, Chester aparecía ataviado con atuendos extravagantes.
Al principio parecía inofensivo: un poco de diversión para aligerar el ambiente.
A Amanda le pareció tierno y Tristán se rió entre dientes, disfrutando de las payasadas alegres. Chester, ajeno a todo pero cooperativo, parecía deleitarse con la atención.