La suegra viste al perro cada vez que lo cuida hasta que mamá lo lleva al veterinario
Una normalidad recuperada
Lienzo
A medida que Kaitlyn comenzó a sanar, la familia adoptó una nueva normalidad.
Junior continuó creciendo, felizmente inconsciente de la tormenta emocional que una vez había envuelto a su familia.
La risa en su hogar ya no estaba teñida de inquietud, sino que resonaba con una alegría genuina que había surgido de las profundidades del dolor y la sanación compartidos.