De vuelta a la cama
Lienzo
—Está bien, amigo. Me voy a la cama. ¿Me prometes que no volverás a maullar así? Necesito dormir un poco, por favor —le suplicó Jason al gato.
Pero el gato lo miró con sus ojos dorados y luego hizo algo muy extraño.
Salió corriendo desde el porche hasta la mitad del camino que conducía al bosque.