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Una gata rechaza la comida a menos que pueda llevarla, entonces el instinto le dice a la mujer que la siga
Un comensal quisquilloso
Pexels- Christina Morillo
“Mi madre sugirió que tal vez al gato no le gustaba la comida seca”, reveló Amanda. “Ella conocía a algunos gatos quisquillosos para comer y teorizó que el gato podría ser uno de ellos”.
Amanda pasó la mayor parte de la noche reflexionando sobre las palabras de su madre. Había una verdad en ellas que ni siquiera ella podía negar. Si el gato fuera quisquilloso con la comida, Amanda le ofrecería algo que pudiera comer.