Finalmente quedar embarazada
Antes que nada, o incluso antes de que las mascotas y los animales estuvieran involucrados, lo primero que Julian y Jennifer querían experimentar era traer nueva vida a su aburrido mundo. Cuando finalmente obtuvieron lo que esperaban, todo iba según lo planeado. Por otra parte, ¿qué más podría salir mal cuando todo encajaba? Todo comenzó cuando Jennifer finalmente quedó embarazada, ambos lo deseaban desde hacía mucho tiempo. Sin embargo, había algo que los molestaba a ambos: su gata Luna.
Dudaban sobre su reacción ante el bebé. Los gatos son muy primitivos y suelen tener un sentido de egoísmo cuando se trata de llamar la atención de sus respectivos dueños. A la pareja le preocupaba que los celos de su gato pudieran aflorar cuando llegara el nuevo bebé. Habían escuchado historias de mascotas felinas que reaccionaban negativamente ante la incorporación de un bebé humano, por temor a que su amada bola de pelos se sintiera descuidada o territorial. Cuando le presentaron al gato a su bebé, esperaron lo mejor, observando con cautela cualquier signo de celos o resentimiento, y al mismo tiempo asegurándose de darle a su leal mascota el amor y la atención que merecía.