Los gatos son seres inteligentes pero también innegablemente testarudos. Cuando llamas a un perro, él vendrá saltando hacia ti, pero cuando llamas a un gato, lo más probable es que te ignoren por completo.
Foto de Ömürden Cengiz/ Unsplash
Esto no se debe a que no entiendan su nombre. En realidad, es porque simplemente no quieren acudir a ti. Les gusta mostrar afecto en sus propios términos y vendrán a saludarte cuando les apetezca.
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