volviéndose amargo
Molly vio aparecer en la pantalla a la anciana que vivía calle abajo. La mujer saludó amistosamente al gato, pensando que probablemente sus dueños le habían equipado la cámara.
Pero entonces el rostro de Megan de repente se volvió amargo. Molly abandonó el jardín de la anciana y se escapó de las casas familiares.