UNA VOZ MASCULINA
Una profunda voz masculina surgió en la grabación. Fue ronca e interrumpida por múltiples toses. “Oye, gatito, ven aquí; ¿Qué tienes para mí?” Decía. De regreso a la comisaría, vieron cómo levantaban a Molly del suelo y luego le daban la vuelta.
Y fue entonces cuando vieron su cara.