Corriendo a la tienda
Daniel sabía que esto no podía continuar más. Tenía que hacer algo. Agarró su billetera y las llaves del auto, besó a su esposa y se dirigió al supermercado. Sabía que sólo había una manera de descubrir qué estaba pasando.
Mientras conducía, Daniel pensó en los ojos preocupados y asustados del gato. Tenía que encontrar una respuesta de inmediato. Todo era muy extraño y Daniel sabía que tenía que hacer algo.