Manos temblorosas
Con manos temblorosas abrió la bolsa y no podía creer lo que veía. Dentro de la bolsa había un cachorro, gimiendo y asustado.
Lienzo
Laura no podía creer que alguien hubiera tirado un cachorro indefenso a la basura. Inmediatamente lo recogió y lo sostuvo cerca de su pecho, consolándolo con palabras suaves.