Le dijeron que no tocara a este gato, pero no escuchó; días después, un policía llamó a su puerta
Missy la gatita
Mientras el gatito seguía huyendo de él, Danny decidió que debía ponerle un nombre.
Decidió que de ahora en adelante la llamaría Missy.
Missy parecía ser demasiado curiosa para su propio bien, ya que Danny la perdía constantemente de vista. Era lo suficientemente pequeña como para entrar a cualquier lugar que quisiera y lo hacía con entusiasmo.