No sabemos qué es más desconcertante: cómo este gato logró subirse a la rejilla de la ducha para tomar una siesta, o el hecho de que pensara que sería un buen lugar para una siesta en primer lugar.
No importa cuántas fotos veamos de gatos durmiendo una siesta rápida en barras y varillas de metal como esta, no creemos que podamos superar nunca lo ridículo e ilógico que es. Pero cada uno tiene sus propias ideas.