La familia Schrafft se puso en contacto con los medios el lunes, buscando ayuda de la comunidad cuatro días después de la desaparición de la princesa Titiara.
Un informante ayuda a un paramédico de Paihia que se está muriendo de cáncer a reunirse con su querido compañero felino
El gato, conocido anteriormente por vagar por el vecindario, ha optado en los últimos meses con más frecuencia por quedarse en casa para poder estar al lado de su dueño.
“Ella ha sido una especie de compañera constante”, dijo Robyn Schrafft sobre su “pequeña amiga”, explicando que Princess le hacía compañía cuando su esposo, también paramédico, tenía que trabajar.
La pareja ha dado mucho a su comunidad en su papel como servidores públicos, dijo Katrina Schrafft el lunes, añadiendo que esperaba que la comunidad pudiera devolver algo a cambio estando atenta a la Princesa.
“Sé que su pérdida está causando un gran dolor y, dadas las circunstancias, es aún más desgarrador”, explicó. “Significaría muchísimo si pudiéramos recuperarla sana y salva”.
Después de que se publicó una historia en el Herald, varias personas se comunicaron con la familia, desde alguien que vio un felino muerto al costado de la carretera hasta alguien que quería ofrecerles un gatito.
Pero esta mañana, un informante vio un gato en el aparcamiento de un restaurante, no muy lejos de la casa de la pareja. El marido y la cuñada de Robyn Schrafft ya habían buscado en la misma zona varias veces en los últimos cinco días, pero se apresuraron a comprobar el aviso.
Allí encontraron a la Princesa, aparentemente aterrorizada y tratando de esconderse, pero a salvo.