En Internet se bromea diciendo que el kéfir se alimenta de las almas de los indignos y las baña con vodka, lo que no parece tan descabellado, ya que, después de todo, vive en la tierra de Putin. Su dueña, Yulia, lo alimenta con comida natural y asegura a todo el mundo que su dieta solo incluye paté de hígado recién molido (nada de carne humana). ¡Qué dieta más estupenda!