Tratando de ayudar
Florencia Lobo pensó que había rescatado a dos gatitos abandonados de la calle. Como era una persona de buen corazón, los recibió en su casa. Desafortunadamente, solo uno de los dos sobrevivió y decidió adoptar al otro.
En el momento en que visitó al veterinario, descubrió que lo que tenía no era un gato, sino un puma yagouaroundi. Lo llamó Tito. Florencia tuvo que entregarlo a la Fundación Argentina de Rescate de Animales antes de que lo devolvieran a la naturaleza, donde realmente pertenecía.