maullido débil
Lienzo
Mientras Tracey preparaba la cena, escuchó un débil maullido. Salió corriendo y encontró a Chevie sentado junto al garaje, mirándola con ojos muy abiertos y asustados.
Tracey se agachó para levantarla, pero Chevie salió corriendo y la condujo hacia el garaje del vecino. Tracey dudó, pero luego recordó la huella de la pata. Tenía que seguirla.
Su corazón latía con una mezcla de miedo y determinación. Las misteriosas circunstancias y el comportamiento inusual de Chevie la convencieron de que estaba en el camino correcto, a pesar del peligro.