Están aquí
Lienzo
Los pasos se acercaban y una sombra se cernía sobre su escondite. La mente de Tracey trabajaba a toda velocidad. ¿Debería enfrentarse al intruso o esperar a que se fuera? Decidió permanecer oculta, con la esperanza de que no la notaran.
La tensión era insoportable, cada segundo parecía una eternidad. La presencia que había encima era amenazante y los instintos de Tracey le decían que permaneciera quieta.
Su corazón latía con fuerza en su pecho mientras esperaba, rezando para que el peligro pasara. La decisión de permanecer oculta era una apuesta arriesgada, una que podía salvarla o ponerla en peligro.