
Madre para todos
La mujer atareada estaba parada frente al fregadero de la cocina, mirando por la ventana hacia el patio trasero. Estaba preparando el almuerzo para su familia y sus siete bocas peludas.
Su hijo estaba afuera, jugando con la última incorporación de la familia, un gato elegante que había elegido del refugio hacía un mes.
Ella sonrió mientras lo observaba mientras la perseguía por el patio, mientras su risa resonaba a través de la ventana abierta. Pero no tenía idea de qué había dejado entrar a su casa.