Un niño duerme rodeado de “gatos” hasta que un oficial le dice a su madre que entre al vehículo
Miralos
Lienzo
Esa tarde, estaba en el patio trasero cuando oyó un crujido entre los arbustos. Emma se dio vuelta y vio a uno de los gatitos, uno grisáceo y lustroso, acechando a un pájaro. Los movimientos del gatito eran inquietantemente precisos, más como los de un depredador salvaje que como los de un gato doméstico.
—Oye, Sam, ven aquí —llamó Emma. Sam corrió hacia él y abrió mucho los ojos al ver al gatito—. ¡Vaya, parece un pequeño tigre!
La inquietud de Emma aumentó. Decidió investigar un poco y descubrió que la raza de Josey, aunque común, tenía un linaje salvaje. Esto explicaba el comportamiento y la energía inusuales de los gatitos.