Una perra se niega a dar a luz. El veterinario grita: “Dios mío” cuando descubre la cruel verdad
Documentar el procedimiento
La asistente del veterinario documentó todo, consciente de la gravedad de la situación. Cada paso fue registrado, desde la incisión inicial hasta la extracción del primer objeto extraño.
“Tome nota de esto”, le indicó el veterinario entrecortadamente. El bolígrafo del asistente se movía rápidamente por el cuaderno, capturando cada acción vital.
La pareja observaba ansiosamente, rezando por un resultado positivo. Cada anotación detallada en el cuaderno de notas del asistente era un testimonio de la precisión y seriedad del procedimiento.