Una perra se niega a dar a luz. El veterinario grita: “Dios mío” cuando descubre la cruel verdad
Contactar con las autoridades
El veterinario, que tenía en su poder los objetos sustraídos, se puso en contacto con las autoridades y ordenó que se analizaran de inmediato.
Colocó los objetos extraños en bolsas selladas, asegurándose de que no se perdiera ningún detalle. La pareja observaba atentamente, con los ojos llenos de determinación.
“Ya averiguaremos quién está detrás de esto”, les aseguró el veterinario. La gravedad de la situación había pasado de ser médica a criminal y todas las acciones ahora apuntaban a buscar justicia para el perro que sufría.