Para cualquier granjero o cuidador de caballos es una alegría ver a sus animales parir crías y aumentar el rebaño. Ese fue el mismo sentimiento que experimentó Ben cuando se dio cuenta de que su maravillosa yegua, Felicia, estaba embarazada. Fue un momento muy feliz para él porque sabía que eso aumentaría su riqueza financiera.
Puede que hubiera esperado esta sorpresa durante meses, si no años, pero finalmente llegó el momento. Sin embargo, el caballo empezó a tener algunas dificultades y se dio cuenta de que algo no iba bien. Ahí es donde comienzan los interminables problemas. Sigue leyendo para descubrir el destino del pobre caballo…