El comienzo de problemas sin fin
Ben se dio cuenta de que la yegua tenía un estómago enorme y después de esperar unos días el animal se negaba a parir. Fue entonces cuando decidió buscar la ayuda de un veterinario para que le hiciera una ecografía a la yegua. Lamentablemente, no esperaba que necesitara la ayuda de la policía porque lo que le había pasado al animal no era en absoluto culpa suya.
Después de varias pruebas, el médico se dio cuenta de que había un problema en el estómago del caballo y que era necesario operarlo para salvarle la vida. Afortunadamente, la policía llegó a tiempo cuando Ben y el veterinario necesitaban ayuda para sedar al caballo gigante.