Actuando raro
A la familia Evans le resultó dolorosamente evidente que Larry, su gato, había estado mirando el mismo punto de la pared durante horas. Los juguetes y las golosinas no conseguían distraerlo, a pesar de sus mejores esfuerzos.
Su veterinario no pudo encontrar nada malo en sus ojos ni oídos cuando la llevaron al veterinario por preocupación. La familia de Larry se frustró y se preocupó cuando él siguió mirando la pared durante días seguidos.
Parecía que había algo mucho más nefasto en juego.
Todo parecía estar bien
Tuvieron dos hijos encantadores, Peter y Amelia, y vivían bajo la tutela de sus padres, Beverley y Paul Evans. Vivían en Albuquerque.
Beverley y Paul habían sido constantemente regañados por los niños para que les dieran una mascota desde que regresaron de visitar a sus primos.
Los niños se divirtieron tanto jugando con el perro y el gato de su primo que ahora también querían tener mascotas.