Nada estaba funcionando
Intentaron durante horas sacar a su pobre y angustiado gato de la pared, pero nada funcionaba. Incluso intentaron encerrarlo en una habitación, pero él comenzaba a llorar y les rogaba que lo dejaran salir.
La situación comenzaba a asustar a Beverly y a los niños. Paul no lo admitiría, pero también se sentía bastante incómodo. Estaban a punto de descubrir algo siniestro.