Derribándolo
Para quitar los paneles de yeso, sacó sus herramientas. Beverly tuvo que esperar y observó con ansiedad.
Podía ver cómo crecía el interés de Larry. Era casi como si él también fuera a resolver el misterio. No importaba lo fuerte que golpeara el contratista contra las paredes; seguía maullando.
Siempre hubo en la mente de Beverly la sensación de que Larry sabía algo que ellos no sabían.