Un gato llora mientras espera que lo sacrifiquen. Entonces el veterinario exclama: “¡Esto no puede ser verdad!”
Tranquilizando a los clientes preocupados
Sophie atendió cada llamada telefónica y cada cliente que se acercaba con una voz calmada y firme, proporcionándole tranquilidad y actualizaciones, pero en su interior sentía una sensación constante de angustia.
El flujo constante de dueños de mascotas preocupados solo contribuyó a la extrañeza del día. Con cada pregunta sobre el Dr.
La curiosidad de Sophie por James y su comportamiento misterioso fue en aumento. Ese día inusual en la clínica se estaba convirtiendo en un enigma que Sophie se sentía obligada a resolver.