La dueña llama a la policía cuando descubre por qué el gato se niega a salir del lavabo
Sentirse miserable
Jennifer se frustró aún más cuando ni el médico ni el veterinario pudieron ayudarla con sus problemas. Cuando llegó a casa, comenzó a llorar. Eve intentó hacerla sentir mejor, pero Jennifer estaba demasiado molesta y confundida. Estaba estresada por tener que elegir entre su gato y su bebé. Eve, al ver lo molesta que estaba, se ofreció a ayudarla cuidándola cuando llegara el bebé. Esto permitiría a Jennifer y Julian averiguar qué le pasaba a Luna, su gata, sin estrés adicional.