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Cuando la situación parecía desesperada, el veterinario le aconsejó que se llevara a Missy a casa y volviera para un chequeo cuando se sintiera mejor. Además, el veterinario le advirtió que tuviera más cuidado, ya que Missy podría lastimarlo gravemente o lastimarse ella misma si la manipulaba de manera imprudente. Aunque era arriesgado y Danny podría haber estado poniendo en peligro su propia seguridad, estaba decidido a cuidar de Missy y brindarle la mejor vida posible.