Rosie nació en 1991 y ostenta el título no oficial de “la gata más vieja del mundo”, ya que el actual poseedor es Flossie, una gata de 28 años de Kent.
Rosie, la gata más longeva del mundo, ha muerto. Su dueña, Lila Brisset, se despidió recientemente de Rosie, la gata de pelo largo y con caparazón de tortuga que se cree que es la más longeva del mundo. La gata murió a los 33 años en la casa de su dueña en Norwich, Reino Unido, según un informe del New York Post.
Rosie nació en 1991 y ostentaba el título no oficial de “la gata más vieja del mundo”, ya que su actual titular es Flossie, una gata de 28 años de Kent. En junio, Rosie cumplió 33 años y murió a la edad equivalente a 152 años humanos.
Lila, que había adoptado a Rosie cuando era una gatita, dijo: “La extraño mucho. No estaba muy bien y un día entró al pasillo de la casa, se acostó y falleció. Sin embargo, tengo muchos buenos recuerdos y estoy feliz de que hayamos pasado tiempo juntas”.
Tras dejar la vida al aire libre, Rosie durmió cerca de la ventana durante los últimos años de su vida. El gato debía ir a vivir con otra familia, pero la familia se dio cuenta de que su hija era alérgica. Entra en escena Lila, una viuda que había rescatado anteriormente a un perro callejero y a otro gato.
Según el New York Post, Lila había compartido anteriormente: “Es todo un personaje. Rosie duerme junto a la ventana todo el día y, como un reloj, come algo y usa la caja de arena”.
Ella continuó: “No hay necesidad de un despertador. Todo lo que hace es comer, dormir, usar la caja de arena y repetir. A menudo tengo que comprobar si todavía está viva y respirando. Me preocupa el día en que cruce el puente del arco iris. Dejará un gran vacío. La extrañaré cuando se vaya. Pero nunca haré que la sacrifiquen”.
Hasta el momento, Creme Puff, de Austin, Texas, ostenta el récord de ser la gata más longeva de la historia. Nació el 3 de agosto de 1967 y sobrevivió hasta el 6 de agosto de 2005, durante 38 años y 3 días.