Para los amantes de los animales, las mascotas son más que simples compañeros: son parte de la familia. Ofrecen amor incondicional y pueden ayudar a aliviar la soledad y el estrés. Sin embargo, a veces, incluso las mascotas mejor educadas pueden negarse a escuchar a sus dueños, lo que provoca el caos en el hogar.
Diane, orgullosa madre de dos grandes daneses, Max y Katie, y un gato atigrado llamado Jack, vivió recientemente una situación similar. Jack consigue escabullirse de la casa por la puerta principal, y Max, el perro guardián vigilante que es, se queda fuera de la puerta mientras Katie espera impaciente para salir.