Un gato llamado Kroshik, que pesa unos asombrosos 17 kilogramos, fue rescatado recientemente del sótano de un hospital en Perm, Rusia.
El felino, demasiado pesado para caminar, ahora sigue una dieta estricta y está en rehabilitación en el Refugio Matroskin.
El viaje inusual de Kroshik
El nombre “Kroshik” se traduce como “migajas” en español, lo que refleja su amor por los bocadillos. Los trabajadores del hospital lo alimentaron con galletas de pan, sopa, whisky y carne hasta que quedó inmóvil. Abandonado por sus dueños anteriores, Kroshik aumentó de peso debido a esta dieta constante.
Cuando lo encontraron, Kroshik tenía tanto sobrepeso que los veterinarios no pudieron realizarle una ecografía porque el sensor no podía penetrar sus capas de grasa. Este caso extremo de sobrealimentación llevó al refugio a calificarlo de “caso extremadamente raro” en Instagram.
Esfuerzos de rehabilitación
El refugio Matroskin informó que Kroshik se encuentra en un programa especial de rehabilitación, que incluye hidroterapia y kinesioterapia tres o cuatro veces por semana. Un video publicado por el refugio muestra a Kroshik progresando en una cinta de correr acuática.
“El pequeño tendrá una recuperación larga y completa”, afirman desde el refugio. “Podría ser uno de los cinco gatos más gordos del mundo”, añaden. El objetivo es que recupere la movilidad total mediante fisioterapia y una dieta estricta.
A pesar de su condición, Kroshik está recuperando lentamente el uso de sus piernas. Su experiencia pone de relieve la importancia del cuidado adecuado de las mascotas y las consecuencias de la sobrealimentación.
La historia de Kroshik sirve como recordatorio de cómo la alimentación excesiva puede dañar a las mascotas. Su recuperación en el refugio Matroskin tiene como objetivo recuperar su salud y movilidad.